Enrique Romero * CP. Un
sujeto, fanático religioso y seguidor del Islam, degolló a sus padres en
la colonia Pakal Kin de Palenque, después de que -según afirmó-
recibiera la orden de su 'dios' para matarlos, lo que hizo con un
cuchillo.
Los sangrientos hechos acontecieron pasadas las 9:00 horas de ayer en una vivienda que se ubica en calle Bonampak de la colonia Pakal Kin, minutos después de que las víctimas arribaran a Palenque procedentes de San Cristóbal.
Los sangrientos hechos acontecieron pasadas las 9:00 horas de ayer en una vivienda que se ubica en calle Bonampak de la colonia Pakal Kin, minutos después de que las víctimas arribaran a Palenque procedentes de San Cristóbal.
Vecinos llamaron a Emergencias 066 para reportar el crimen, tras ser testigos de cómo mató por la espalda a su madre cuando intentaba escapar a la calle, degollándola con un cuchillo, para luego tomar su cuerpo y arrastrarlo hasta la vivienda, donde lo dejó sobre el cadáver de su marido. Varias patrullas rodearon la casa, mientras los policías intentaban convencerlo de que se entregara.
Varios minutos después Gilberto García Chávez, de 43 años, salió vestido con una bermuda y una playera manchados de sangre para entregarse. De inmediato fue sometido.
Las autoridades encontraron muertas a dos personas de la tercera edad tiradas en el piso en medio de un charco de sangre, con heridas punzocortantes en diversas partes del cuerpo y un tajo en la garganta.
En el cuarto del homicida se encontró el libro de El Corán, texto sagrado del Islam donde el profeta Mahoma proclama que Alá es Dios y Mahoma su profeta. Al parecer el que sus padres no pertenecieran a ese culto, los puso en la mira del fanático como "infieles" y por lo tanto, dignos de la muerte.
Las víctimas fueron identificadas como Noemí Chávez García, de 63 años y Aurelio Jacinto Vargas (padrastro), de 65, originarios de Acapulco, Guerrero.
El detenido declaró que cometió el crimen porque su dios se lo pidió, de lo contrario sería su alma la que sería sacrificada.
Añadió que decidió entregarse al escuchar las sirenas de la Policía, aunque hubiera preferido ser detenido por el Ejército, ya que fue miembro del 12º Regimiento de Caballería en Sinaloa hasta 1987, cuando se dio de baja.
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