Por Juan Carlos Salazar
Conocido en el bajo mundo como “La Chela”, Erisel Hernández Moreno, quien se dice columnista, debe ser regresado a su puesto de burócrata en el Gobierno del Estado, pues cobra una plaza que se la regaló don Juan Sabines Gutiérrez cuando fue gobernador.
La amargura es el pecado más contagioso que corroe el alma de las personas y las convierte en monstruos despiadados, que emplean el infundio para desahogar su sufrimiento. Es decir, golpean a sus semejantes por puro placer. Así sacan esa frustración que las asfixia.
Erisel Hernández Moreno tiene fama no por buen columnista, porque no lo es. Un columnista serio y profesional es quien investiga y difunde la verdad, que propone y discute, que hace suya la crítica constructiva como un apostolado, no aquel que usa las páginas y el prestigio de un diario para dar rienda suelta a sus locuras internas y de ellas obtener provecho.